90´s y 2000

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MÓNICA CASTILLO

• Nacida en 1961 en la Ciudad de México, Mónica Castillo se ha convertido en una de las artistas contemporáneas más importantes en su país con sólo tres muestras individuales en su haber. La obra de Castillo continúa a su manera la violenta tradición de la pintura mexicana: ese afán de “transformar los traumas históricos en valor iniciático gracias a la exhibición de las cicatrices personales del artista”, en palabras de Cuauhtémoc Medina. Pero, a la vez, Castillo pretende que su obra enfrente esa mitología que estigmatiza todo el arte mexicano con prejuicios exotistas y sentimentaloides.


















GERARDO SUTER


Suter es uno de los fotógrafos contemporáneos de Latino América con mayor influencia. Nacido en Argentina en 1957, Suter ha vivido y trabajado en México desde 1970, siendo principalmente autodidacta. Emergió como una de las voces más originales de entre los artistas mexicanos a principios de los ochentas, cuando empezó a exhibir sus fotografías, las cuales rompían con todos los convencionalismos fotográficos del momento.








Durante los últimos quince años, Suter ha seguido explorando con nuevos medios para presentar sus imágenes fotográficas, culminando en su trabajo actual que combina impresiones a gran escala con video e instalaciones.




Durante su trayectoria Suter ha sobrepasado los límites de la fotografía y ha logrado que ésta pase de ser un medio de documentación a una expresión transitoria y más participativa. Su fotografía incorpora ideas y símbolos de la Preconquista, no como una forma de documentar un período en la historia, sino como la recreación de sus orígenes, dioses y rituales como metáforas. Al recrear estos “momentos estancados,” Suter difuma la línea entre los hechos registrados y la visión del fotógrafo. Finalmente la fuerza de su propuesta reside en su habilidad para retar a la audiencia a discernir entre la realidad y la ficción, y a conjurar historias personales profundas junto con la memoria colectiva.




La obra con que lo representamos en esta exposición El cuerpo fragmentado, sitúa el cuerpo humano en confrontación con el de cada individuo estableciendo un diálogo entre la fotografía y la percepción de la realidad.




JAVIER MARÍN


Javier Marín nació en Uruapan, Michoacán, en 1962 y en 1980 vino a la ciudad de México a estudiar a la Escuela Nacional de Artes Plásticas en San Carlos de la UNAM. Primordialmente es escultor y desde 1983 ha tenido 50 exposiciones individuales y ha participado en 200 más en todo el mundo. La expresividad de sus esculturas, de la sensual anatomia de sus cuerpos, hace vibrar un sin fin de sensaciones en el cuerpo del espectador como la angustia, cierta corporalidad traumada, sentimientos palpables en la materia atormentada.













El encuentro con las piezas de Javier Marín no deja impasible, reclaman la emoción del espectador. No se puede pasar desapercibido ante su obra, pues moviliza y hace vibrar sensaciones de angustia, corporalidad traumada, sentimientos palpables en la materia atormentada.








48 piezas rescatadas de su estudio, algunas de ellas sin concluir, que aportan una panorámica del diálogo de Javier Marín con los materiales y formas humanas. Pruebas de taller, memoria y registro del espíritu de búsqueda y afirmación de ideas que acabaron vertidas en figuras concluidas y emplazadas en el lugar planeado.

Exacerba palpablemente expresiones, movimientos y detalles anatómicos seguidos por un instinto de afirmación de turbulenta expresividad. Hay un indudable rastro Rodiniano en el tratamiento del movimiento, la luz, el espacio y el material. La figura humana hasta el siglo XX había sido el tema básico de la escultura. La sugerencia de acción y movimiento, frecuentemente violento y variado, eran parte esencial del repertorio de la escultura renacentista, y con Rodin fue empujada a la dimensión de la superficie donde la destrucción y lo inacabado eran manifestación patente del proceso e interacción luminosa de la materia con el espacio. En las obras de Javier Marín también se aprecia el registro fiel del quehacer de las manos y las herramientas sobre el barro que atrapan la visión entre la representación y la acción de su construcción. Las piezas de Javier Marín transmiten su proceso y ejecución como elementos inherentes a la misma obra. Pero no se queda ahí. Maneja lo corporal y la materialidad con un dinamismo contagiante









"Veo al ser humano como una pieza en extinción, absolutamente condenado a desaparece, y lo peor es que se va a autodiseñar bajo el control genético". Esta descomposición del ser humano se revela palpablemente en algunos grupos de esculturas de Javier Marín con ensambles de fragmentos corporales y figuras que semejan imágenes dantescas del infierno: Torsos retorcidos, volcado y deshechos.

Sus creaciones sobrecogen el ánimo al invadir el espacio con una presencia contundente, además del destacado olor a resina que irrumpe en la percepción olfativa del visitante de esta muestra.
u Las extremidades y la boca se privilegian en las actividades de percepción del espacio y el sentido del tacto. Así en la obra de Javier Marín esas manos se extienden amplias y desproporcionadas como confirmación del espacio que generan los cuerpos, y al mismo tiempo, la superficie de su obra es vestigio de los trazos de sus dedos depositando y moldeando el barro.
u Sus esculturas son seductoras. El cuerpo es el soporte de la seducción, pero se observa en la extensa obra de Javier Marín que siendo el tema el cuerpo desnudo, la seducción no surge de una maquinada erótica belleza desnuda. Las esculturas no se sienten desnudas. Es una corporalidad seductiva distinta.
Su obra se puede transformar en artesanía perdiendo su fuerza de sorpresa e innovación de sentido cuando se reproduce a sí misma y deja de ser el reto de la vivencia y diálogo con un entorno cambiante. Por supuesto que el tema del cuerpo admite más variaciones dentro de su esquema, pero ha de cuidarse de ser asimilado por el voraz consumismo del objeto como decoración, simbología de propiedad, distinción e inversión que derraparía su intensa



ROBERTO CORTAZAR


Roberto Cortázar nació en la Ciudad de México en 1962. Estudió en la Escuela de Iniciación Artística Número Dos y en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda. En 1983 obtuvo el Premio Especial de Dibujo José Luis Cuevas, en la I Bienal de Dibujo organizada por el Museo del Palacio de Bellas Artes. Un año antes había presentado su primera muestra individual en la Galería Sloane Racotta. Desde entonces, Cortázar destacó como un dibujante minucioso interesado particularmente en el tema de la figura humana, misma que ha abordado en su pintura.







Según sus propias palabras, Cortázar se dedicó durante casi dos décadas al aprendizaje del lenguaje pictórico, la técnica, los materiales, la forma y modo de expresión, para después interesarse en una o dos grandes preguntas específicas concernientes al ser humano. Como respuesta a esta etapa surgió el libro 344 Figuras y una en un Espacio, con un texto de Edward M. Gómez y la exposición itinerante Una Figura en una Habitación (2001) que presentó la Galería Práxis en la ciudad de México, así como en foros de Argentina, Venezuela, Miami y Nueva York.

"Me interesan las relaciones del poder entre la gente y cómo tal poder también adquiere una historia," dice Cortázar. La psicología de un individuo o de una sociedad informa su historia y viceversa; en su arte, Cortázar trata de representar seres humanos que están ganando entendimiento y están emergiendo por su propia esencia como creaturas que piensan y sienten en un sistema complejo de poderosas relaciones que definen y controlan su existencia.









OLIVERIO HINOJOSA



Nació en Nueva Rosita, Coahuila, en 1953. Estudió la Licenciatura en Humanidades y la especialización en Artes Plásticas en la Universidad de Puerto Rico. En 1974 fue becario del Pratt Graphic Center de Nueva York, EUA. En 1978 obtuvo la Maestría en Artes Plásticas en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, UNAM, México, D.F.La muerte de Oliverio Hinojosa dejó en el aire una exposición que el pintor neográfico preparaba con obra reciente para una galería de Nueva Orleans, Estados Unidos.



El martes 17 de abril del 2001, a las 19:15 horas, el artista, sucumbió luego de un año de luchar contra el cáncer, tiempo durante el cual albergó la esperanza de una mejoría hasta que, en febrero pasado, le detectaron una nueva metástasis en el hígado y en el cuello.




Ha expuesto individualmente en varios museos y galerías, entre los que cabe destacar: Galería Summa Artis, México, D.F., 1979, Museo Carrillo Gil, México, D.F., 1981, Museo de Arte Moderno de Gómez Palacio, Durango, Dgo., 1986; Museo de Arte Modemo, México, D.F., 1989; Galería Drexel, Monterrey, N.L., 1992.



Ha expuesto colectivamente en el Museo de la Universidad de Puerto Rico, P.R., 1974; X Bienal de Arte Moderno, Grupo Suma, Musée de la Ville de París, Francia, 1978; Primer Encuentro de Arte Joven, Palacio de Bellas Artes, México, D.F., 1986; "Don Giovann¡, los artistas celebran a Mozart", Museo de Arte Moderno, México, D.F., Festival del Centro Histórico, Museo José Luis Cuevas, 1994. Ha participado en numerosas exposiciones en el extranjero en: Nueva York, Suecia, París, Costa Rica, Argentina, Puerto Rico, Cuba y Venezuela entre otros.




Ha sido merecedor de premios y menciones entre los que se puede mencionar: Primer Premio, Sección experimentación. Salón Nacional de Artes Plásticas, México, D.F., 1982; Primer Premio, Primer Encuentro Nacional de Arte Joven, Aguascalientes, Ags., 1981; Mención Honorífica, Primera Bienal de Pintura Rufino Tamayo, Palacio de Bellas Artes, México, D.F., 1982.
Actualmente forma parte del Sistema Nacional de Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.


GABRIEL OROZCO


Artista mexicano considerado como "uno de los artistas más influyentes de esta década y probablemente también de la siguiente" Desde mediados de la década de 1990 se le consideraba el más significativo e indefinible renovador, y corroboraba lo atrevido de sus ideas cada vez que exponía, por ejemplo, una caja de zapatos. “Una cosa vacía de significado, recipiente de polvo y caja de la nada”, decía. A los comentarios más hostiles, entre el alud de críticas que recibía, respondía: “Sí, cualquiera pudo hacerlo, pero yo tuve los huevos





Por contra, respaldaba con impresionante prueba fotográfica la concentración y minuciosidad que requerían muchos de sus trabajos. Por ejemplo, en Black Kites, una calavera que en 1997 cubrió con franjas entrecruzadas hasta formar un ajedrez desfigurado. Orozco decía dibujar así en la tercera dimensión.

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